Qué bien venden el amor las películas, parece que les paguen por crear más sufrimiento humano del que hay ya en el mundo: mejores amigos que se lían y se enamoran, colegas de cama que se enamoran, vecinos nuevos que se enamoran, gente con la que se acuestan en una noche loca, se reencuentran casualmente y, en vez de esquivarse o no hacerse ni caso porque no se acuerdan ni de su cara, comienzan un idilio amoroso porque están destinados por beber el mismo tipo de café. Eso sí, todo ello enmarcado en una situación de tira y afloja, inseguridad reforzada por amigas mediolocas cuyo único papel consiste en hacerte tomar la peor decisión posible, y amigos que intentan que te tires a todo bicho que se mueva. Y tras haber hecho cada uno las "locurillas" para demostrarnos a todos que no están enamorados, se miran, sonríen y en la siguiente escena se están casando pronunciando unos votos recién salidos de la fábrica de Willy Wonka.
Ok, Hollywood, gracias por la infelicidad.
¿De verdad el amor es así? ¿Hay que creer que el romance ocurrirá después de haber pasado por esa clase de situaciones?
Yo creo que no. Es más, creo que por culpa de esa clase de películas estamos creando una sociedad dramática, ególatra e irresponsable que resume lo que siente por una persona en una conversación por Whatsapp. Y así nos va. Por eso, quien es simplemente amable y educado con nosotros creemos que está pillado hasta las trancas, que si pasa de ti es porque se está haciendo difícil, que hay que ser guay, llamar su atención con tal o cual técnica, pensarse durante 45 minutos cada respuesta para que no signifique X o W, y sobretodo "que no se nos note". Lo que viene siendo una panda de cobardes sin un par de luces, y perdón por las ofensas, pero así hemos sido la gran mayoría alguna vez.
Arremeto contra las películas porque me he cansado de hablar con amigos de sus cuestiones amorosas y que su principal argumento sea "es que en tal película sí pasa". Joder, ya me gustaría a mí usar El Señor de los Anillos como referencia para explicar lo que le pasa a mi vida (podría), pero la vida, nos guste más o nos guste menos, no es ficción.
Tendrá sus parecidos, sus tópicos para que nos resulte fácil creer pero ¿cuántos de aquí han acabado casándose con el acompañante a quien pagaba para que no quedasen muy mal en la boda de su hermana?
Diría que deberíamos dejarnos de tantas tonterías y que si nos hemos enamorado de alguien, lanzarnos a la piscina y darnos esa oportunidad. El problema es que ya dudo si somos realmente capaces de enamorarnos en vez de imitar a una de esas estúpidas películas.
Tenemos siempre tanta prisa por que ocurra algo que lo forzamos. No nos damos ni siquiera el margen de la duda, el conocer realmente a esa persona, nuestros verdaderos sentimientos. Si es majo, no está mal y de vez en cuando te sigue el rollo, es perfecto.
Supongo que por eso el mundo está lleno de corazones rotos, de almas que pagan cualquier precio por una compañía fugaz porque si pasan mucho tiempo solas sienten que se pierden. Muchos "sin compromiso" que no leen la letra pequeña y se llevan una nueva herida a casa.
El día que salga una película en el que muestren a gente sencilla, que quiere conocerse, que disfruta y que dan ejemplo de responsabilidad con su amor propio sin tener que herir o usar el de los demás, será cuando vea alguna de esas películas. Porque seguirá siendo ficción, pero al menos será de la agradable puesto que ya en este mundo no se encuentra.