Cuando estoy sola en casa...
¿Nunca os ha pasado que cuando os quedáis solos en casa, se empiezan a escuchar pasos y golpes?
A mí sí, justo ahora, tengo miedo.
Miedo, miedo, miedo... eh no, la verdad es que no. Antes sí, subía hasta las plantas superiores y cuando no descubría que no había nadie me sentía de pronto muy insegura, como si algo o alguien estuviese pegado a mi espalda a punto de saltar sobre mí. Pero no corría hacia mi habitación o hacia la sala del ordenador como hacen otros, ahora que lo pienso creo que nunca he corrido por miedo (tan poco es que me guste correr). Yo me quedaba quieta, no sé si porque mi subconsciente se reía ante la posibilidad de que echara a correr por el pasillo o porque... no sé.
¿A qué venía esto? ¡Ah, sí! Decía que estaba escuchando golpes en el piso superior. Ahora han cesado.
Ya no siento temor ante esos inexplicables ruidos, más bien es indiferencia. Estamos llegando a intimar. Ya sabéis que las cosas a solas... en fin, como que nos interesan más.
Si os estáis preguntando a qué viene todo esto, mis queridos diarios, es porque me he propuesto escribir y rodar un cortometraje de terror. En mi cabeza brotaron hace unos días unas secuencias que no se van ni a la de tres y no consigo añadir ninguna más que perdure de esa manera.
Hay tantos huecos por rellenar... podría escribir decenas de historias distintas con solo esas secuencias. Mal asunto. Cuantas más opciones, más quebraderos de cabeza y menos noches tranquilas.
Ojalá retornasen los golpes, al menos tendría una mejor distracción.
Ya que vuelve el tema, retomemos, pues ya creo recordar mi intención.
¿Nunca os habéis preguntado a qué vienen esos golpes?
Una cañería, un objeto mal colocado, un fantasma...
¿Sabéis? Lo bueno de escribir todo esto (que poco sentido tiene) es que mis células grises se están calentando y eso es bueno. Como ya he dicho, hay cierto cortometraje de terror por ahí y tal vez consiga añadir alguna secuencia más o por lo menos una idea más.
Desde que estoy con este proyecto me he estado preguntando qué cosas dan realmente miedo, aquellas que hacen que nos tapemos un poco más con las sábanas mientras agudizamos el oído en medio de la oscuridad.
Ojalá fuese capaz de captar esa esencia en mi corto. Supongo que habrá que hacer trabajo de campo.
Deseadme suerte.
Soñad despiertos.
martes, 27 de noviembre de 2012
lunes, 5 de noviembre de 2012
Bueno, tras miles de intentos fallidos por fin he conseguido hacer este dichoso (y digo dichoso por no decir otra cosa que demostraría mi falta de... paciencia) blog.
No sé si alguien en este ancho y a la vez pequeño mundo leerá mis líneas... tampoco yo lo pido a gritos. El caso es que debida a la insaciable necesidad que tenemos los humanos de contar nuestra vida y desahogarnos, yo he decidido hacer este blog, bien para desahogarme un poco (y con suerte) con desconocidos, bien para mostrarles a unos desconocidos que no sólo su vida se va al traste varias veces, que no son sólo sus sueños los que yacen rotos en el suelo, y que pueden tomarse esas circunstancias inevitables de la vida, las cuales nos hacen querer tirarnos de los pelos y no dejar ni uno en su sitio, con un poco de humor... o por lo menos las mías.
Si algo me ha enseñado la vida es que si miras la botella medio vacía, los tragos te sabrán más amargos.
En fin, si aún no me he presentado como es debido, comienzo:
No me llamo Lullaby, y si lo he hecho bien (cosa rara) mi nombre real no se verá. Eso es algo que reservo para mí, porque lo importante no soy yo, sino mi historia.
Elegí Lullaby porque es el nombre de una de mis canciones favoritas de cierto grupo canadiense al cual descubrí este verano de 2012 por una amiga. Ya hablaré más detenidamente sobre ellos, tranquilos, esto va para largo.
En fin...
No quiero soltarlo todo ahora y dedicarme el resto de los días a rellenar entradas con imágenes de gatitos hasta que se me ocurra algo bueno, podría hacerlo pero...
Tú que me lees ahora, ¿Cuántos sueños y aspiraciones has tenido y se te han resbalado de los dedos? ¿1, 2, 3...? No te preocupes, si lo dejaste escapar no era lo tuyo, te lo aseguro, porque somos capaces de luchar hasta por la más absurdas de las causas si creemos en ello. O eso quiero creer...
Yo he tenido muchos sueños que he querido cumplir a lo largo de mi vida: ser mayor (maldito sea el dia en que lo deseé), estar buena (moneda perdida en un pozo sin fondo...), ser médico (sin comentarios)... tantos que ni me acuerdo. ¿Sabéis por cuantos luché? Por ninguno. (Bueno... sí que intenté estar más buena.. xD)
Por ninguno. Ninguno. Hasta ahora.
Esa historia la reservaré para otra entrada, que esta, como presentación, va de fábula.
En fin...
Soñad despiertos.
No sé si alguien en este ancho y a la vez pequeño mundo leerá mis líneas... tampoco yo lo pido a gritos. El caso es que debida a la insaciable necesidad que tenemos los humanos de contar nuestra vida y desahogarnos, yo he decidido hacer este blog, bien para desahogarme un poco (y con suerte) con desconocidos, bien para mostrarles a unos desconocidos que no sólo su vida se va al traste varias veces, que no son sólo sus sueños los que yacen rotos en el suelo, y que pueden tomarse esas circunstancias inevitables de la vida, las cuales nos hacen querer tirarnos de los pelos y no dejar ni uno en su sitio, con un poco de humor... o por lo menos las mías.
Si algo me ha enseñado la vida es que si miras la botella medio vacía, los tragos te sabrán más amargos.
En fin, si aún no me he presentado como es debido, comienzo:
No me llamo Lullaby, y si lo he hecho bien (cosa rara) mi nombre real no se verá. Eso es algo que reservo para mí, porque lo importante no soy yo, sino mi historia.
Elegí Lullaby porque es el nombre de una de mis canciones favoritas de cierto grupo canadiense al cual descubrí este verano de 2012 por una amiga. Ya hablaré más detenidamente sobre ellos, tranquilos, esto va para largo.
En fin...
No quiero soltarlo todo ahora y dedicarme el resto de los días a rellenar entradas con imágenes de gatitos hasta que se me ocurra algo bueno, podría hacerlo pero...
Tú que me lees ahora, ¿Cuántos sueños y aspiraciones has tenido y se te han resbalado de los dedos? ¿1, 2, 3...? No te preocupes, si lo dejaste escapar no era lo tuyo, te lo aseguro, porque somos capaces de luchar hasta por la más absurdas de las causas si creemos en ello. O eso quiero creer...
Yo he tenido muchos sueños que he querido cumplir a lo largo de mi vida: ser mayor (maldito sea el dia en que lo deseé), estar buena (moneda perdida en un pozo sin fondo...), ser médico (sin comentarios)... tantos que ni me acuerdo. ¿Sabéis por cuantos luché? Por ninguno. (Bueno... sí que intenté estar más buena.. xD)
Por ninguno. Ninguno. Hasta ahora.
Esa historia la reservaré para otra entrada, que esta, como presentación, va de fábula.
En fin...
Soñad despiertos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)