INSPIRACIÓN: CAZA Y CAPTURA
Últimamente, pocas cosas escribo que merezcan la pena. Creo que me falta práctica, entusiasmo, tiempo... e inspiración. Hubo un tiempo en el que no necesitaba ponerle trampas a la inspiración para que cayera sobre mí. Simplemente venía con regularidad, tomábamos un café, reíamos mientras trabajábamos y después nos fundíamos en uno hasta el fin de las hojas.
Hoy ya no es así. Nuestra relación se ha enfriado, se marchita con el paso del tiempo, como la rosa de la Bella y la Bestia... salvo que en nuestro caso, ni unas bellas palabras ni un jarrón con agua podrá ayudar.
No sé que ocurre, cada vez que lo intentamos, tras un largo proceso de preliminares y ensayos, sufro un gatillazo que la espanta. Maldita sea.
No consigo concentrarme, tengo tantas cosas reales en la cabeza que asfixian a mis amadas fantasías. Estoy harta de este fantasidio (ves? Como no estoy fina?). No sé como remediarlo, he probado de todo, de todo.
La gente con dinero se va de viaje... Yo, como pertenezco a la rama de los anónimos pobretones, no me queda más remedio que fantasear con las fotos de "Google Imágenes".
Es curioso como nuestra cabeza nos doblega sin apenas darnos cuenta. Creemos ser los dueños de nuestros pensamientos pero... mi iluminación momentánea me inclina a pensar lo contrario. Pues... ¿no son nuestros pensamientos los que realmente controlan nuestra vida?
A veces creo que nuestro pensamiento es un genio maligno que obra según le divierte. Y con ello señalo también a nuestro subconsciente.
Sin embargo, hoy releyendo este borrador, descubro que meses después de escribirlo estas semanas me ha ocurrido lo mismo.
He descubierto que la imaginación no es un río que terminará secándose a consecuencia del cambio global, o contaminándose de los residuos de los malos pensamientos. La imaginación fluye más o menos, pero siempre, y no hay que intentar apresarla tras los muros de una presa. Aunque a veces nos resulte que el caudal ha disminuido no es más que la vaga cortina de realidad que nos venda los ojos.
Para quemar esa venda e impedir que vuelva a aparecer sobre nosotros durante un tiempo yo recomiendo:
- Escuchar música. Siempre en un buen medio para dejar correr la imginación.
- Leer mucho. No hay nada mejor como meterse en los mundos ajenos para inventar luego el nuestro.
- No preocuparse. Si las musas te hacen bulling, tómate un descanso. Ya aparecerán cuando echen de menos tu pluma.
Tras esto anuncio que me ha dado por retomar una vieja historia, pensada casi al completo, y escrita hasta el primer capítulo, pero que cada vez que la he imaginado siempre me ha dado buen sabor de boca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario