No he tardado demasiado.
Cuando no se tiene mucho que escribir de manera creativa, cualquier idea es bien recibida, así sea volver por estos lares.
Hoy he amanecido con varias ideas en la cabeza, pero no de las de escribir, sino de las de hacer.
¿Alguna vez has querido hacer/colaborar en un blog, foro, web...? Yo sí, pero como se puede deducir, mi problema de la constancia siempre me agota apenas he empezado.
Creo que uno de mis mayores problemas ha sido que nunca he querido colaborar con nadie, prefiero hacer las cosas por mi cuenta porque creo que así mi estilo no se verá contaminado y me sentiré más libre a la hora de crear, pero empiezo a ver mi equivocación.
Gracias a la gente que he ido conociendo y que los años me han permitido conservar, tengo en mi vida a gente que comparte mis intereses, no todos y a veces ni se repiten, y que también me han hecho conocer cosas nuevas (formas, temas, medios...) que han ampliado un poquito mi enfoque.
-> Ahí va una anécdota personal. Hace unos años conocí a una persona por Internet, los dos nos tratábamos de forma completamente anónima y únicamente nos conectábamos para escribir juntos. Íbamos por turnos, cada uno con su personaje, construyendo historias de carácter binarrador (esto me lo acabo de inventar pero se entiende ¿no?). Creo que fue una de mis mejores épocas escribiendo. Nunca hasta entonces lo había hecho, y el tener que ponerme de acuerdo con alguien para construir algo, trabajar en equipo pero siempre con esa sana competencia de no hacerlo pero que el otro, me sirvió como riguroso entrenamiento.
Ayer mientras repasaba mis viejos blogs di con una historia que comencé pensando en esa persona, y me encantó lo que leí. Evidentemente con algún error, pero ahora lo comparo con mis breves textos del presente y me siento torpe, como alguien que empieza a caminar tras una larga convalecencia.
Tiene gracia, mucha si sabes que detesto profundamente los trabajos en equipo, desde pequeña y por cualquier cosa. O dirigía o lo hacía yo sola. Esas clases de actitudes pueden aislar bastante y, teniendo en cuenta lo anterior, esperarás que diga que hay que evitarlo, que el ser humano es social por naturaleza, que qué es la vida si no se comparte... Mentira. Yo lo recomiendo. No para siempre, pero agradezco haberme decantado desde pequeña por esa forma de ser tan mía antes que preocuparme por caerle bien a la clase, así fue como me forjé, como me hice a mí misma y sé que todo lo que soy y la fuerza que tengo para defender mis ideas, me viene de esa niña que se acercaba a la profesora preguntando si podía hacer el trabajo sola. Dentro del tema "escribir", también hay que tener en cuenta que yo leía muchísimo y no cuentos infantiles. Afortunadamente mis padres tienen una amplia biblioteca familiar que yo he ido devorando con el paso de los años. Al leer tanto, adquiría cuáles eras las mejores formas de redactar, expresarse y corregir, fui aprendiendo de los clásicos, de mis tardes con las revistas de arqueología evolucionaba mi imaginación... Me fui haciendo y, cuando entré en contacto con otra gente que también escribía, supe defenderme. De esa época también aprendí mucho, especialmente a valorar ciertos aspectos humanos que yo casi despreciaba porque creía que no me interesaban.
Con todo esto quiero decir, bajo valoración personal, que no hay que abrirse a todo como ahora se predica, si algo te gusta o se te hace cómodo, dedícate a ello hasta que evolucione. Si lo haces bien, evolucionará. Te lo aseguro.
Y tras esta disertación retomo el principio de este post (entrada, comentario...). Hoy he amanecido pensando en hacer muchas cosas. Cuando antes he hablado de todo lo que leía y escribía de pequeña, no he señalado lo más importante, cuando el trabajo te gusta, no lo consideras trabajo. No me daba cuenta del bien que me hacía dedicando tantas horas a leer y escribir mis fantasías hasta que dejé de hacerlo y, una vez he querido seguir, y por muy bien montado que lo tenga todo en mi cabeza, los engranajes andas oxidados. Me cuesta, me noto torpe, confusa y detecto cierto problema con las comas, para más INRI.
Una de las cosas que he aprendido este año ha sido que el trabajo, aunque sea poco, es mejor que nada. Muchas veces me levantaba como hoy, con ganas de hacer cosas (y nunca cosas pequeñas), y al final no hacía nada porque quería hacerlo en el momento perfecto y la mejor manera, y creo que eso nunca se encuentra. Eso me ha pasado con la escritura, el deporte, otras actividades... Y creo que ya está bien. El tiempo es limitado según dicen por ahí, y está bien tomarse un momento para pensar en lo que quieres hacer pero, si lo sabes, lo sientes, a por ello. En ocasiones, el pensar es una parada por la que ya no pasan más trenes.
Bueno, creo que mi disertación concluye. Tan sólo mencionar el motivo principal de todo esto, un amigo me ha ofrecido colaborar con él en un blog de una temática que me gusta mucho, así que pondré en práctica lo comentado aquí. A ver qué tal sale.
Hasta la próxima :)